Un aterrizaje suave (en inglés: soft landing) es cualquier tipo de aterrizaje de una aeronave, cohete o nave espacial que no provoque daños significativos ni la destrucción del vehículo o su carga útil, a diferencia de un aterrizaje forzoso. La velocidad vertical media en un aterrizaje suave debe ser de unos 2 metros (6,6 pies) por segundo o menos.[1]

Se puede conseguir un aterrizaje suave de las siguientes maneras:

  • Con un paracaídas, a menudo para ejecutar un amerizaje en el agua.[2]
  • Con un cohete vertical o retrocohetes, una forma de despegue y aterrizaje conocida como vertical takeoff, vertical landing o por sus siglas VTVL, logrado por primera vez por el Bell Rocket Belt en una trayectoria suborbital y por el Surveyor 1 en una trayectoria orbital.[3]
  • Con un aterrizaje horizontal sobre el tren de aterrizaje, en el caso de la mayoría de los aviones y algunas naves espaciales como el transbordador espacial, que este además cuenta con un paracaídas.[4][5]
  • Siendo atrapado en el aire, como ocurre con los satélites espía CORONA.[6]

El término se ha extrapolado a otras disciplinas como la economía, para hacer alusión a una desaceleración controlada de la inflación.[7][8]

Referencias

Enlaces externos

  • Macha, J.M.; Johnson, D.W. y D.D. McBride (Enero de 1992). «Critical Soft Landing Technology Issues for Future U. S. Space Missions». NASA (en inglés). Consultado el 11 de marzo de 2024. 
  • Fisher, Kristin y Jackie Wattles (22 de febrero de 2024). «Por qué es tan difícil realizar un aterrizaje suave en la Luna». CNN. Consultado el 11 de marzo de 2024. 

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